Antes de contar cómo surgió la idea, diseño y creación de una cámara anecóica, es imprescindible hacer unas reflexiones acerca del sonido y su estudio. Indudablemente, el sonido es algo totalmente subjetivo ya que cada persona tiene una percepción diferente, una educación de oído diferente y un gusto diferente. Es decir, el sentido del oído y la interpretación del cerebro hacen que cada persona tenga unas sensaciones auditivas diferentes y, por lo tanto, sea una materia de naturaleza subjetiva.
Es por eso que, con el objetivo de poder realizar mediciones científicas, existe muchísima investigación y una técnica y una tecnología muy estudiada y elaborada en el campo del sonido. El objetivo perseguido es el de poder arrojar objetividad y ciencia sobre este campo.
Pero, ¿qué es un experimento científico? Se puede considerar científico todo aquel experimento que sea repetible y dé los mismos resultados siempre y cuando no se modifiquen las condiciones del entorno en el que se realiza la prueba o experimento. Esto exige que toda experimentación haya que hacerla de una manera muy rigurosa, intentando que las condiciones no cambien. Tras haber medido repetidas veces un sistema, si hay coincidencia en los resultados, podremos dar esa medida como buena.
¿Por qué es necesaria una cámara anecóica?El sonido no deja de ser una vibración del aire; si las condiciones donde ese aire vibra, varían, ya no es posible hacer mediciones rigurosas. Para que esas condiciones sean siempre las mismas tenemos que inventarnos un sistema en el que las medidas sean hechas solo sobre el elemento que queremos analizar, evitando las influencias externas (paredes, techo, viento, movimiento de cosas, ruidos parásitos, etc.). Esto lo podríamos conseguir con un recinto herméticamente cerrado, en el que no entre ningún ruido del exterior ni ninguna influencia externa. No obstante, seguiríamos teniendo paredes. Siempre que tengamos paredes, las medidas no serán reales ya que el mensaje que emitirá el sistema de sonido y que recibirá el micrófono de medida, rebotará en la pared; ese rebote llegará también al micrófono de medida, interfiriendo la medición. En ese caso, lo que estaríamos midiendo no sería el sistema, sino el sistema dentro de un entorno. Como necesitamos anular el entorno para que las medidas sean precisas, necesitamos un recinto lo más cerrado posible para que no reciba informaciones externas y en el que las paredes no reflejen en ningún momento el sonido que está emitiendo el sistema a medir.
Hay solo tres maneras de evitar las reflexiones del sonido sobre cualquier superficie: que no exista la superficie, que mi sistema esté en silencio o que la energía que sale de mi sistema sea absorbida y convertida en calor por la superficie sobre la que se va a reflejar. Obviamente, las dos primeras opciones son inviables si tenemos que realizar una medición, por lo que necesitamos materiales que sean capaces de absorber esa vibración con los que forrar toda las superficies de la habitación que van a recibir y reflejar el sonido para así hacer la medida absoluta de lo que el sistema hace, no de lo que el entorno le aporta. Eso nos llevará a una repetitividad de las medidas y, por tanto, a su consideración como científicas.
En la función natural de la absorción de energía intervienen tres variables:
Composición del material utilizado para aislar. Espesor del material, que influirá en el recorrido que deberá hacer la vibración al pasar por él. Superficie que tenga el material. Cuando más espacio tenga, más capacidad de absorción. La manera de incrementar la superficie es dándole forma triangular ya que consigue multiplicar la superficie por tres.
Cámara anecóica: ¿de dónde viene el término?
El ser humano descubrió que las superficies reflejaban el sonido cuando al gritar en un entorno abierto se recibió como respuesta 800 milisegundos después un sonido que pasó a denominarse “eco”. Este efecto de eco se pierde cuando la distancia entre el sujeto que emite el sonido y la superficie contra la que se refleja es menor de 6’88 metros. Toda superficie que esté a más de 6’88 metros devuelve eco, mientras que la que se encuentra a menos de esa distancia devuelve “reverberación”, un término que se acuñó para denominar al eco que ya no puede percibir el oído humano.
A la superficie que no nos devuelve ninguna energía reflejada la llamamos “libre de ecos” es decir, “sin eco”, o lo que es lo mismo: “anecóica”. De ahí viene el nombre de cámara anecóica: una cámara libre de ecos que no refleja ningún sonido, sino que es absorbido por las paredes y transformado en calor.
En una cámara anecóica, al contrario de lo que mucha gente puede pensar, no se escuchan bien los sonidos. Ninguna persona ha educado su oído a escuchar en un ambiente en el que no existan ecos o influencias externas, con lo cual, cuando se escucha un sonido en una cámara anecóica, la sensación es muy rara y para nada placentera. Una cámara anecóica no sirve para escuchar música, sino exclusivamente para hacer medidas con rigurosidad.
¿Por qué decide Equipson desarrollar la cámara anecóica?Equipson decide desarrollar esta cámara libre de ecos para dar un salto cualitativo en sus productos. Se trata de una herramienta fundamental con la que llevar a cabo la investigación que desembocará en el diseño y fabricación de nuevos productos que se adecuen a las necesidades del mercado.
El primer producto que se saca al mercado enteramente desarrollado en el laboratorio acústico de Equipson es la columna UDA 16. Ahora, están a punto de salir al mercado otros dos productos desarrollados en su totalidad en estas instalaciones. En cuanto a los productos que ya estaban en el mercado, prácticamente todos los recintos acústicos se han modificado tras haber realizado pruebas en la cámara anecóica, trasladando de esta manera al producto las mejoras obtenidas gracias al I+D+i de la empresa.
Trabajo en equipoComo en casi todos los nuevos productos, la primera idea surge a través del Product Manager, quien conoce ampliamente el mercado, sabe cuáles son las necesidades de los clientes, y detecta qué productos, que responden a esas necesidades, podrían ser producidos en la empresa.
Una vez detectados esos nuevos productos que responden a necesidades del mercado, el Product Manager consensúa con la gerencia y con el equipo de investigadores la posibilidad de producirlos y en qué plazos se desarrollaría el proceso.
La cámara anecóica de Equipson surgió así. Fue considerada una herramienta necesaria y prioritaria para poder así desarrollar, diseñar y producir los nuevos productos por los que apostaron tanto el Product Manager como la gerencia y el equipo de la empresa.